PICADURA DEL INSECTO TRASMISOR DE LA LEISHMANIOSIS EN PERROS

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El flebotomo es el insecto que transmite la leishmaniosis una enfermedad infecciosa que, en muchos perros, si no se trata, puede ser fatal.

¿Conoces sus características y cómo prevenirla?

¿Cómo es el flebótomo transmisor de la leishmaniosis?

Los flebotomos son pequeños insectos que se caracterizan por ser de color amarillo pálido, similar a la arena, y por tener el cuerpo cubierto de un denso vello que se extiende a sus alas. También son conocidos como moscas de la arena.

El tamaño del flebotomo es de aproximadamente de 2 a 4 milímetros, y aunque se asocian únicamente con los perros, lo cierto es que estos nocivos insectos también pueden afectar a los gatos e incluso al ser humano, y transmitirles también la enfermedad.

Además de por su pequeño tamaño, resulta difícil detectarlos porque suelen actuar en la oscuridad. Y a diferencia de los mosquitos que tenemos en casa, el flebotomo no emite ningún zumbido o silbido que nos alerte de su presencia.

¿Dónde habita el flebotomo?

En lo que respecta al entorno en el que se mueve, el flebotomo transmisor de la leishmaniosis, tal y como sucede con otros insectos en general, suele estar activo principalmente al atardecer, y solo las hembras son hematófagas; es decir, que se alimentan de sangre.

Durante el día, habitan en lugares frescos, sombreados y bien ventilados, como grietas en las paredes, sótanos, desvanes o madrigueras, entre otros, y al caer el sol y durante la noche, salen en busca de sangre caliente para alimentarse. Habitan en regiones de clima mediterráneo, tropical y subtropical, pero cada vez se están extendiendo más hacia otras zonas.

¿Cuál es el ciclo vital del flebotomo?

Los huevos del flebotomo eclosionan entre 10 y 20 días después de ser puestos y generan cuatro estadios larvarios vermiformes. En función de las condiciones climáticas, alimentarias y de la propia especie, entre los siguientes 10 y 20 días, las larvas pasarán a convertirse en pupas, que darán lugar a la siguiente generación de flebotomos. En países como España, los meses de mayor actividad son los que van desde abril a noviembre, debido al aumento de las temperaturas.

¿Cómo se distingue la picadura de un flebotomo?

La picadura del flebotomo en perros suele ser muy similar a la de cualquier mosquito tradicional. De ahí que resulte muy complejo distinguirla y que lo más adecuado sea optar por la prevención.

A través de la picadura del flebotomo trasmisor de la leishmaniosis en un perro, se libera una sustancia particular que estimula la liberación de histamina y activa el sistema inmunitario. Por ello, la zona afectada por las picaduras del flebotomo puede enrojecerse, picar y presentar erupciones o hinchazones. En algunos casos, la picadura del flebotomo en un perro o una persona puede tener consecuencias más graves. Por ejemplo, es posible experimentar reacciones extensas o sistémicas cuando hay problemas de alergias. Afortunadamente, los casos en lo que se presenta el shock anafiláctico son muy raros.

¿Qué sucede cuando se produce la picadura de la leishmaniasis en un perro?

El flebotomo hembra pica por necesidad, dado que, de cara a continuar su ciclo vital, necesita conseguir unas proteínas determinadas que se encuentran en la sangre. De lo contrario, no podrá poner sus huevos.

Tras la ingesta de la sangre, las hembras pueden poner entre 20 y 70 huevos que, como ya indicamos, necesitarán entre algo más de una o dos semanas para eclosionar y dar lugar a las larvas. Una vez se conviertan en hembras adultas, van a necesitar nuevos huéspedes para continuar con su ciclo vital.

La picadura del flebotomo en perros es frecuente o con una alta probabilidad. En una zona endémica, un perro al aire libre puede sufrir hasta 700 picaduras por flebotomos.

¿Cómo proteger a su perro del flebotomo, portador de la leishmaniosis? Prevención y tratamiento

La forma más eficaz de proteger a los perros de la leishmaniosis es mediante la prevención y el uso de tratamientos cuando ya se ha producido la infección. Es conveniente recordar la aversión que sienten estos insectos a la luz; por lo tanto, una primera solución contra la picadura del flebotomo portador de la leishmaniosis en un perro es limitar su acción al ventilar a diario la vivienda y dejando que entren los rayos de sol, por ser un elemento disuasorio para el flebotomo.

Otras estrategias contra la picadura del flebotomo en perros son las siguientes:

  • Limitar los paseos vespertinos o nocturnos del perro.
     
  • Permitir que el animal duerma dentro de casa, sobre todo en verano y si se vive en una zona endémica.
     
  • Revisar la caseta del perro para que esté seca y ventilada.


En cuanto a la prevención médica de la leishmaniosis, la primera estrategia es utilizar productos repelentes específicos en el animal y respetar las indicaciones con respecto a la frecuencia.

Si se vive en una zona endémica o se viaja a ella durante el período de actividad de los flebotomos (abril-noviembre), la prevención de la leishmaniosis es proteger al perro utilizando productos antiparasitarios como Frontline Tri-Act® que no solo actúen contra las picaduras de pulgas y garrapatas, sino también contra los flebotomos y otros parásitos: es un antiparasitario que tiene una acción dual frente al flebotomo, repelente (antialimentación) e insecticida. De este modo, cuando un perro ha sido tratado con este producto repelente e insecticida y se expone a los flebotomos, estos no se alimentan de él gracias a la acción repelente y posteriormente mueren gracias a la acción insecticida. Al no producirse la picadura del flebotomo en perros, se reduce el riesgo de infección por Leishmania.

Aunque la primera opción en la prevención de la leishmaniosis es el uso de antiparasitarios preventivos de la leishmaniosis, existen otras estrategias complementarias como la vacunación y el uso de medicamentos inmunomoduladores.

El tratamiento de un perro que está enfermo de leishmaniosis implica el uso de medicamentos leishmanicidas y leishmaniostáticos, que matan y evitan la multiplicación de las leishmanias, respectivamente, junto con el control de los síntomas clínicos (terapia sintomática). También es especialmente importante la terapia renal específica para el control de la glomerulonefritis y la prevención de la insuficiencia renal. Para la terapia, así como para el diagnóstico, es necesario consultar directamente con un centro veterinario.

Su veterinario le informará de todas las medidas de prevención de la leishmaniosis, así como del diagnóstico, tratamiento y control de la enfermedad.

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